jueves, 29 de septiembre de 2011

Asturias

VILLAVICIOSA
Villaviciosa es un lugar tranquilo donde cualquier urbanita cansado del bullicio de la gran ciudad querría perderse sin tener la sensación de lo que está dejando escapar por no estar en la gran ciudad. Este pueblo ubicado en la parte oriental de Asturias, presume de ser un lugar idílico de tranquilidad, gastronomía y gran arquitectura, sin que el turismo abusivo haya cambiado un ápice de las costumbres de la gente que lo puebla.

Cuando te pierdes por primera vez por las calles señoriales peatonales de su casco histórico, la sensación que te entra, es muy parecida a la de encontrar una fuente de agua después de estar todo un día andando y saber que no te importaría quedarte allí y olvidarte de todo lo que te rodea.

Cabe destacar entre sus monumentos, las iglesias, que suelen estar, a los pies de grandes plazas sombreadas por la altura de sus campanarios, cabe destacar también el valle verde que rodea a la villa y el resto de árboles que esparcidos por las calles sirven de sombra en verano.

Quizás su lugar más emblemático sea el ayuntamiento, preciso edificio clásico situado en una plaza tranquila, edificio que escapa de lo rutinario del resto de pueblos y ciudades de alrededores.

Llama la atención de Villaviciosa, la cantidad de casa antiguas de piedra del norte restauradas, cuya arquitectura es una mezcal entre los caserones vascos y las casas rurales cantabras y que hoy son parte de restaurantes, bares o pequeños hotelitos, que a buen recaudo sirvió a más de uno de morada, mientras se perdía por el espíritu idílico que desprende Villaviciosa.


  
OVIEDO
 Nada mas poner los pies en la primera baldosa de Oviedo, uno se da cuenta, que se trato antiguamente de una capital importante y que menos, si estamos hablando de la antigua capital del principado.
Basta con subir un poco la mirada y ver como las antiguas casa coloniales, perfectamente restauradas y rehabilitadas, conviven en perfecta armonía con las edificaciones mas nuevas, sin causar estupor a la vista. Sus innumerables plazas, resguardas entre innumerables calles señoriales, que son venegloradas por fachadas multicolor y llenas de vida.

Podríamos resaltar entre todo, la catedral y la plaza de esta, pero seriamos injustos con una ciudad tan elegante y bella. Si, su catedral es impresionante, a pesar de solo poseer un torreón y que fue echa a imagen y semejaza de la desaparecida Iglesia de la Virgen de los 
Ojos Grandes Lugo. Pero el conjunto en si de lo que la rodea merece tanta atención o mas. 

Pasear por Oviedo es hacerlo con los cinco sentidos a flor de piel, ya que sus innumerables calles peatonales del casco histórico, guardan en cada rincón un secreto, una edificación elegante y esbelta que bien merece  una foto. Uno puede encontrarse con la Iglesia de San Tirso, una edificación del SXII, que hace a uno viajar con la mente en el tiempo y mas adelante con su majestuoso y colorido ayuntamiento que impera en una plaza donde en cada esquina la mirada se perderá durante minutos.

Y que decir de su imperante limpieza y pulcritud, que hacen que la belleza abusadora de esta ciudad sea mas inmensa. Cada parque, cada plaza, cada callejuela, brilla de una forma distinta y que hicieron de Oviedo durante algunos años la ciudad mas limpia de Europa.
En pocas palabras podríamos describir a Oviedo, como la capital del principado, pero que hoy en día y con el paso del tiempo, por belleza, elegancia y limpieza, bien lo podría ser del reino.