lunes, 26 de septiembre de 2011

Provincia de Valladolid

URUEÑA

Lo que muy poca gente sabe, es que Urueña fue la primera Villa de España, en antaño una ciudad con vida y bullicio en cada una de sus esquinas. Hoy Urueña, se conserva como un museo al aire del paso del tiempo, Resguardada entre los muros de una imponente muralla medieval, esta ciudad esconde entre sus calles estrechas y casitas de una planta tesoros y misterios que nunca le viajero sabría que existían.


En el día de hoy, Urueña se conserva con denominación de la Villa del Libro, y en cierto modo es así, en el interior de las muchas casitas que forman el pueblo, se encuentra infinidad de librerías, de museos del libro e innumerables sorpresas que nunca se supo que llegasen a coexistir en un lugar tan escondido y alejado de la civilización.

Su centro cultural esta sitiado en una antigua iglesia donde aún dan misa a los pocos habitantes que quedan del pueblo.

Sensación agradable es la de adentrarse en una de sus muchas librerías y darse cuenta que los libros que se venden solo pueden hacerse allí, con libros raros, extraños y soñadores como la mayor parte de la gente que entra para echarles un vistazo.

La imagen que a uno le queda de Urueña cuando se marcha, no son las de sus calles empedradas perfectamente arregladas, ni las de sus casas de turismo rural que las invaden, sino la de a lo lejos, en lo alto de la montaña la muralla resguardando el tesoro que tiene dentro, bueno, esa y la de la Ermita de la Anunciada, un templo religioso, que a unos doscientos metros no saca la vista de la muralla a lo lejos, lo mismo que el viajero que va adentrarse entre sus paredes.

MEDINA DEL CAMPO
La Villa de Medina del Campo, siempre estuvo presente en las mentes de todos los amantes a la historia y al arte, por ser en tiempos del gran imperio español una ciudad puntera, pues con su castillo de la Mota y el palacio de la Reina Isabel la católica, fue lugar de descanso de la mujer más poderosa de occidente de la época, así como de los reyes de Aragón.


Situada en un emplazamiento privilegiado, está a menos de cien kilómetros de las seis grandes capitales de la provincia castellanoleonesas, hecho que esta villa supo aprovechar como pocos en la época dorada del ferrocarril, convirtiéndose un punto neurálgico del tren.

Rodeada de alcornoques y encinas, a poco mas de dos kilómetros y entre las llanuras de castilla se puede divisar la torre del su monumento más internacional, el Castillo de la Mota, hoy perfectamente restaurado tanto por dentro como por fuera y que durante años fue símbolo de uno de los imperios más grandes de la historia. Pero seriamos injustos, si solo nos quedásemos con la imagen del castillo rojizo de ladrillo que impera en una de los pocos montes que existen. También nombrar el cementerio de “moros”, que esta al lado del castillo y que por aquellos tiempos, fue símbolo de dos mundos enfrentados.

La ciudad de medina es ante todo cultura, como el que se respira en su plaza principal, espacio enorme y peatonalizado, que se ve rodeada de un sinfín de soportales, donde en muchos de los casos, los comercios emplazados, guardan la estética y el olor de los años 40, como si el tiempo se detuviese en ese mismo instante en ese reducido lugar.

A la cabecera de la plaza, cabe destacar tres grandes monumentos, su ayuntamiento, de corte clásico, la Colegiata de San Antolín y justo al lado, el Palacio de la Reina, que según cuentan las leyendas, guarda un pasadizo secreto hasta el mismo castillo.

También hay que hacer hincapié en el rio que atraviesa la villa, hoy encauzado y seco y que durante muchos años inundaba la vida de los medinenses en época de fuertes lluvias, sin dejarnos de lado, la iglesia de San Miguel, que resguarda el cauce del rio, justo al lado del puente más importante de Medina.

A las afueras también  guarda sitios de interés, como es el impresionante balneario, uno de los mejores de España, rodeado de un paisaje tranquilizador.

A Castilla se le puede achacar muchos tópicos, lo que está claro es la historia es uno de sus puntos fuertes y la villa de Medina del campo el mayor de todos.


VALLADOLID
Pocas ciudades existen en España, con tanta cantidad de edificios señoriales en un estado impecable como el caso de Valladolid. Ciudad bañada por el Pisuerga, se convirtió desde sus años más remotos en capital del señorío y la nobleza, hecho que hoy se puede apreciar por la cantidad de enormes casas clásicas que permanecen impolutas en la mayor parte de las calles del centro, hoy totalmente peatonalizado y hecho para el disfrute del visitante, que no dejara de mirar para un lado  para el otro ante una joya clásica y volvemos a repetir señorial, como es Valladolid.

Aunque su punto neurálgico se encuentra en su plaza Mayor, con su preciso ayuntamiento al frente y bordeada por casones de color rojizo con soportales, que dan al espacio una sensación de burguesía como en pocos lugares se puede ver en España. A pesar de todo esto, lo grande de Valladolid es perderse en sus innumerables calles céntricas, en las cuales, nos encontramos en cada esquina con un edifico emblemático de la ciudad, siempre en perfecto estado. También cabe sobresaltar, las placitas que al final de cada barrio hacen de frontera arquitectónica y donde siempre se encuentra una estatua y unos bancos, estos últimos, ideales para descansar en los días cálidos de verano.

Pero Valladolid también es sinónimos de grandes avenidas, en las que se puede ver al final de cada una de ellas un parque, como es el caso de Campo Grande o un lugar emblemático como la Estación de Tren o el impresionante palacio de la academia de Caballería, edificio que se erige entre la avenida mas grande de Valladolid y el mayor de sus parques.

Bonito también es el paseo al lado del rio, que si bien, recuerda al paseo que posee León.

La historia también se hace presente en esta ciudad, en forma de iglesias y catedrales, algunas semi ruinosas en sus claustros, pero que guardan esa forma, para asombrar al turista y otras en perfecto estado, como  es el caso de su catedral de estilo herreriano.

El gusto por el buen hacer y la elegancia ya se aprecia en la ciudad, en la zona de la afueras o zona nueva, donde al entrar podemos observar la colocación perfecta de los bloques de edificios, posados sobre grandes zonas verdes y jardines y que hacen que el residente se olvide de que esta en una gran ciudad.

Valladolid presume de ser la capital del antiguo reino de Castilla, título que puede soportar con orgullo, ante el cuidado con el que se conserva una ciudad como esta.

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